Por primera vez en la historia del comercio exterior brasileño, la sola venta de minerales fue superior a los 20.000 millones de dólares, de acuerdo a cifras de la Asociación de Comercio Exterior de Brasil (AEB).

José Augusto de Castro, vicepresidente de la institución, indicó que las exportaciones de minerales representan el 14,3 por ciento del total con un valor de 27.000 millones de dólares.

El sector minero sirve de fiel a la balanza. Mientras los minerales contribuyen con 24.500 millones de dólares, el déficit de otros sectores hace que el total nacional baje a unos 17.000 millones.

Hasta la segunda semana de diciembre, apuntan datos del Ministerio de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior, las exportaciones durante 2010 llegaron a 188.269 millones (siempre en dólares) y las importaciones a 171.913 millones.

Con ello, el saldo de la balanza comercial es positivo en 16.356 millones, cifra que podría subir en los últimos días del año a un máximo de 17.300 millones, según la estimación hecha por la AEB.

“Hubo un fuerte aumento en las importaciones de materias primas y bienes de capital. Con el dólar barato, la industria prefiere comprar insumos y equipos en el exterior, para atender a la creciente demanda interna”, dijo Castro.

En consecuencia, hasta mediados de diciembre las exportaciones brasileñas habían crecido 31 por ciento, en relación al mismo período de 2009, mientras las importaciones tuvieron un crecimiento de 42,8 por ciento.

PRECIOS HISTORICOS

Sin embargo, a pesar del aumento de las importaciones, el precio de los minerales al alza favoreció la entrada de divisas, indican reportes del Instituto Brasileño de Minería (Ibram).

Mientras el volumen exportado alcanzó unos 300 millones de toneladas, 12,7 por ciento más que en 2009, el precio medio saltó de unos 80 dólares por tonelada a 145 dólares, con un aumento del 81 por ciento.

Como resultado, el superávit del sector prácticamente duplicó la cifra de 12.600 millones de dólares lograda en 2009; inferior a la de 2008, 13.100 millones y poco mayor a la de 2007, 10.000 millones, antes de la crisis global.

A pesar de ser un gran exportador de minerales, la industria siderúrgica y la agricultura dependen en buena parte de las importaciones brasileñas de carbón y potasio.

Los altos hornos brasileños se alimentan casi en su totalidad de carbón extranjero, toda vez que el nacional es inadecuado para la producción de acero; de igual modo, el 92 por ciento del potasio que se utiliza en los fertilizantes proviene del exterior.

En todo caso, el histórico incremento registrado en los minerales este año, hizo que el valor de la producción brasileña alcanzara los 39.000 millones de dólares, con un crecimiento de 38,5 por ciento sobre el año anterior y de 28,2 por ciento sobre el período pre crisis.

Para Paulo Camilo Penna, presidente del Ibram, la economía mundial se recuperó más rápidamente de lo esperado, especialmente entre los países emergentes, y el resto lo hizo la ley de la oferta y la demanda.

Con la perspectiva de que se mantenga ese crecimiento, las inversiones del sector minero también aumentarán, estima el Ibram, que calcula pasarán de 57.000 millones de dólares para el período 2008-2012, a los 62.000 millones, en el período 2010-2014.

Y esas perspectivas pueden mejorar si la recuperación europea se consolida. Las proyecciones del instituto son que por ejemplo Alemania, el mayor importador de hierro brasileño, termine comprando el 6,8 por ciento de la producción total brasileña, aumentando así su consumo en 2,7 puntos porcentuales de 2009 a 2010.

Sin embargo, el cliente más importante sigue siendo China, que en 2010 habrá comprado el 48,2 por ciento del hierro brasileño dejando todavía muy lejos a Japón, en segundo lugar, con el 12,4 por ciento