Oscar Martínez Bruna

En un comunicado publicado por Southern Copper, una subsidiaria del Grupo México, la empresa anunció “una pausa” en el proyecto minero Tía María, ubicado en la provincia arequipeña de Islay. En la oportunidad la empresa solicitó un receso de 60 días para analizar la situación y retomar el diálogo. Por su parte, el presidente de Southern, Óscar Gonzáles Rocha, hizo un llamado a la calma y a la reflexión.

El proyecto Tía María, que comprende la explotación de dos yacimientos a tajo abierto en la provincia arequipeña de Islay: La Tapada y Tía María, en donde se tratarán unas 100,000 toneladas métricas diarias para producir inicialmente 120,000 toneladas métricas de cobre anual, está en el ojo de la tormenta y el desarrollo del conflicto es seguido por la comunidad minera mundial. Cuestionado desde sus orígenes, Tía María vive hoy horas cruciales a la espera de conocer el desarrollo de los acontecimientos durante los 60 días en los que el proyecto entrará en recesión.

El origen del conflicto y sus antecedentes son de larga data y tienen diferentes aristas. Los primeros brotes de violentas protestas ocurrieron en el año 2011, luego que Southern presentara su estudio de impacto ambiental, dejando cuatro muertos y varios heridos. Este año, las protestas contra el proyecto minero se reavivaron, dejando tres muertos. En Mayo se dispuso el ingreso de las fuerzas armadas, y posteriormente se inició un paro regional de 72 horas. Concebido el 2003, el proyecto Tía María siempre estuvo cuestionado por las comunidades circundantes y por aquellos que se oponen a su puesta en marcha esgrimiendo razones que guardan relación con el cuidado al medio ambiente protección de terrenos rurales de cultivo. Es así que sindicalistas, movimientos populares y ambientalistas se han unido para detener el proyecto basados en cuestionamientos relacionados con una posible contaminación del agua que abastece la región en que se encuentra emplazado.

Desde la vereda de las autoridades nacionales, el presidente del Consejo de Ministros del Perú, Pedro Cateriano, aseguró en una sesión del congreso que el proyecto debe ser discutido técnicamente. Adoptando una postura similar a la de Southern al rechazar el uso de la violencia y apelar por el desarrollo de la región.

Por su parte, el presidente Ollanta Humala aseguró en un comunicado que suspender el proyecto Minero Tía María significaría ir en contra de la ley. También refirió que esta concesión no fue otorgada durante su Gobierno, y agregó no se puede suspender un proyecto que aún no ha iniciado operaciones. Humala destacó que el hecho de suspender el proyecto Tía María implicaría posibles sanciones internacionales y un gran perjuicio a su país, sentando un precedente negativo y un posible retroceso en el nivel de la inversión minera. El presidente Peruano asegura que su motivación no es la defensa de los intereses las grandes corporaciones, sino un legítimo interés por mantener la estabilidad del marco legal, hacer respetar el Estado de Derecho, y fomentar el desarrollo económico del Perú.

Como resultado de todas estas manifestaciones y sus consecuencias, ha trascendido que la Conferencia Anual de Ejecutivos (CADE), que es el principal foro empresarial del Perú, posiblemente no se realice la ciudad de Arequipa este año.

Hasta el momento es prematuro aventurar posibles complicaciones para la realización de otros eventos de relevancia en la región, pero una solución pacífica y dentro de los plazos estipulados sería crítico para el restablecimiento de la paz social y la continuidad de la actividad minera en la región.

Sinceramente,

Oscar Martínez Bruna
Editor en América Latina,
omartinez@mining-media.com