Por Oscar Martínez Bruna

Luego de varios meses de ser azotados por la mayor pandemia que ha visto la humanidad en cien años, muchos países ya comienzan a reactivar sus economías y a reabrir sus fronteras, mientras se acuña el término de “nueva normalidad.”

La actividad productiva comienza tímidamente a retomar y la minería, declarada desde el principio como una actividad esencial, está reiniciando sus operaciones con nuevas formas y nuevos protocolos de seguridad. El Covid-19 ha condicionado y limitado los antiguos parámetros y las maneras de cómo hacer las cosas, pero la industria minera vuelve lentamente a recuperar el sitial que tenía en esta y en otras partes del mundo.

Desde el inicio de la pandemia, los profesionales mineros han demostrado su liderazgo, las compañías han mantenido sus modelos de negocios y han seguido ayudando a las comunidades locales asentadas en el entorno de sus faenas mineras. 

Los gobiernos de varios países en América Latina ya han dado luz verde a la reactivación de las actividades. Sin embargo, hay trabajadores mineros que, con justa razón, tienen aprehensiones y se resisten a la vuelta a esta “nueva normalidad” laboral en terreno por temor al contagio.

Un ejemplo de lo anterior es el caso de la estatal chilena Codelco, que incluso ya ha aumentado el nivel y la frecuencia de supervisión. Aún así, algunos sindicatos de la compañía han pedido revisar y reevaluar la continuidad operativa de las diferentes operaciones de Codelco en Chile, junto con exigir mayores y mejore medidas preventivas.

En Perú ya hay alrededor de 50 faenas mineras autorizadas para funcionar y retomar su plena producción como parte de la Fase 1 de reactivación económica de ese país. Incluso nuevos proyectos y mega proyectos mineros tales como Mina Justa ya han presentado solicitudes para reiniciar obras ante el Ministerio de Energía y Minas del Perú. 

Las autoridades mineras Mexicanas, por su parte, han anunciado que la industria ya está lista para comenzar las operaciones y cumplir su problemas con las directrices fijadas por el gobierno federal en este sentido. La Cámara Minera de México aseguró que se han implementado protocolos de salud y prevención muy estrictos desde que se declaró la pandemia. Es así que las grandes mineras mantienen sus planes de futuras inversiones y sus objetivos en materia de fusiones y adquisiciones.

Brasil espera una rápida recuperación de su sector minero impulsada gracias a la abundancia del recurso hierro y la creciente demanda china por el metal. Sin embargo, todo dependerá de que tan rápido el país sea capaz de atajar la propagación del Covid. 

Tanto las empresa como los trabajadores deberán buscar acuerdos y fijar en conjunto nuevos procedimientos y acciones tendientes a disipar temores y reforzar las confianzas en medio de esta nueva realidad que nos ha tocado vivir. La gran minería Latinoamericana tiene un desafío, pero se encuentra en buen pie para reaccionar como sector productivo y desarrollar estrategias que promuevan la seguridad a un nivel 2.0 e impidan nuevos brotes en faena.

Sinceramente,

Oscar Martínez Bruna
Editor en América Latina,

omartinez@mining-media.com