Bajo el rajo de Chuquicamata, la mina de cobre a rajo abierto más grande del mundo, se han cuantificado cerca de 1.700 millones de toneladas en reservas de mineral de cobre y molibdeno, que representan más de 60% de lo explotado en la mina en los últimos 90 años. El nuevo emprendimiento de Codelco Chile, que ya es ampliamente conocido por amplios sectores la opinión pública, consiste en explotar esas reservas a través de la construcción de una mina subterránea, que será una de las más grandes, modernas y eficientes del mundo.

Los cálculos de la inversión necesaria para concretar este proyecto se elevan a una cifra en torno a los US$4.200 millones, de los cuales ya se han materializado casi mil millones en etapas tempranas del proyecto.

Sin embargo, los sindicatos de trabajadores de Codelco aseguran que habrá un importante atraso en el proyecto Mina Subterránea de Chuquicamata, cuyo inicio se esperaba para el año 2018. A raíz de ello se reunieron con Nelson Pizarro, actual Presidente Ejecutivo de Codelco Chile.

Los sindicatos aseguran que no es factible que el proyecto arranque en la fecha programada por la compañía, sino dos años más tarde de lo esperado, con el consiguiente impacto en la producción y aporte fiscal de la estatal.

La empresa ha expresado que existe una altísima probabilidad de que los planes de ejecución de sus proyectos estructurales se atrasen. Además, se estima que Ministro Hales y el Nuevo Nivel Mina El Teniente, también de propiedad de Codelco, presentan sobrecostos que suman US$1.627 millones, un 31% más respecto de la inversión planificada originalmente.

En principio, la solución propuesta por los sindicatos pasa por que Codelco lleve a cabo otros proyectos que habían sido postergados o desechados por la administración anterior, tales como las fases 51 y 52 del rajo Chuquicamata y/o el proyecto Quetena, que en su conjunto correspondía a un nuevo proyecto de desarrollo minero en la comuna de Calama, consistente en la extracción de minerales desde los yacimientos Quetena y Genoveva, a3 kilómetros de la zona urbana de Calama, que serían procesados vía hidrometalúrgica.

Por su parte, Pizarro se comprometió a estudiar y evaluar la propuesta, y, al menos aparentemente, los sindicatos quedaron conformes con la voluntad de diálogo e invitación a la participación que ha demostrado esta nueva administración, sin descartar ni desechar planteamientos o iniciativas sugeridas por los sindicalizados.

La reunión, realizada en la casa matriz de Codelco, en Santiago, fue calificada por ambas partes como una instancia de diálogo abierto en la que los trabajadores básicamente expusieron su visión en el corto y mediano plazo con respecto a la División Chuquicamata, y la compañía, por su parte, dijo que trabajarán para lograr puntos en común que tengan un sólido respaldo técnico y que velen por el mejor interés del negocio, las personas y el país.

Sinceramente,
Oscar Martínez Bruna
Editor en América Latina,
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