Reemplazar equipos de minería caducados por una nueva máquina equivalente, a veces no es una opción, especialmente cuando el presupuesto es limitado. Las restauraciones, realizadas cuidadosamente, ofrecen una alternativa viable, dando lugar a plantas que se ven como nuevas, pero con una menor inversión.

Los equipos antiguos conllevan un costo en cualquier operación, las cuentas por mantenimiento aumentan constantemente, y la disponibilidad de las máquinas disminuye. La pregunta que debe hacerse cualquier director de mantenimiento es, ¿cuándo decir “ya basta,” y comenzar a buscar opciones de reemplazo?

En épocas de prosperidad, la respuesta obvia es comprar un equipo nuevo, aunque incluso esta estrategia puede fracasar si el fabricante de equipos ya tiene un libro de pedidos lleno y un plazo de entrega muy largo. Cuando los mercados caen y el financiamiento necesario para obtener una nueva máquina es escaso, resulta cada vez más atractivo gastar menos para conseguir una unidad restaurada. Por supuesto, también se da un panorama de mercado, donde el fabricante puede estar más dispuesto a regatear el precio de un camión, cargador, raspador, o cualquier equipo nuevo, con el fin de mantener funcionando la línea de producción. Y, a la inversa, la falta de disponibilidad de nuevas máquinas a la brevedad, cuando la línea de producción está al límite de su capacidad, puede llevar a que el operador investigue la posibilidad de restauración solo para que la capacidad de la flota vuelva a ser la requerida.

Leer el artículo completo en nuestra edición Digital