Su riqueza y calidad, la oferta de proveedores de primer nivel, un marco jurídico promotor de la inversión privada vigente en el país, y bajos costos de energía convierten al Perú en uno de los destinos más atractivos para la inversión minera en el mundo

Por Por Oscar Martinez Bruna, Editor en Latinoamérica

Hoy en día, Perú es líder mundial en la producción minera. Es el segundo productor mundial de cobre (después de Chile5), y el tercer productor mundial de plata, estaño y zinc. También es el primer productor latinoamericano de estaño, zinc, oro y plomo. Según la agencia del gobierno Proinversión, el potencial minero del país es mucho mayor pues, aunque el 11,52% del territorio peruano tiene concesiones mineras, sólo el 1.09% de ellas está bajo exploración o explotación.

El impacto económico de la minería: directo e indirecto La minería tiene un peso importante y creciente en la economía nacional y en muchas de las economías regionales. Los altos precios de los minerales en los últimos años y la expansión de este sector han ayudado a la economía peruana a mantener un ritmo de crecimiento prácticamente sostenido desde la década del noventa. Esto se ha mantenido en los últimos años a pesar de las crisis internacionales, y coloca al Perú en una situación ventajosa frente a sus vecinos. Según la economista Claudia Cooper, “el PBI per capita peruano, ajustado por poder de compra, se habría casi doblado en la última década…lo que lo ubica en segundo lugar en la región (después de Panamá)…además de encontrarse en el 15% superior al nivel mundial.”

Minería en Constante Expansión

La Ley de la Consulta Previa a los Pueblos Indígenas brindará mayor legitimidad y credibilidad a los inversionistas para que puedan trabajar con las poblaciones indígenas de una forma participativa.

Uno de los fenómenos más importantes en el Perú en los últimos 20 años ha sido la expansión de las concesiones y operaciones extractivas a lo largo del país. La extracción y  exportación de minerales e hidrocarburos desde los años noventa han generado grandes beneficios para la economía nacional, permitiendo niveles sostenidos de crecimiento e ingresos significativos para el tesoro público. Pero la expansión de estas actividades también ha provocado un aumento en los conflictos sociales, y ha reabierto discusiones sobre la llamada “maldición de los recursos naturales,” en referencia a los negativos efectos macroeconómicos, sociales y políticos generados por la dependencia en la exportación de estos recursos1.

El Perú es un país de antigua tradición minera, tradición que mantiene y cultiva gracias a la presencia de empresas líderes a nivel internacional. Cuenta con un enorme potencial geológico, la presencia de la Cordillera de los Andes a lo largo del territorio, constituye su principal fuente de recursos minerales.

A nivel mundial y latinoamericano el Perú se ubica entre los primeros productores de diversos metales, (oro, plata, cobre, plomo, zinc, hierro, estaño, molibdeno, teluro, entre otros), lo cual es reflejo no sólo de la abundancia de recursos y la capacidad de producción de la actividad minera peruana, sino de la estabilidad de las políticas económicas en el Perú.

Los minerales producidos en el país son de gran demanda en el mercado mundial actual, cuyo desarrollo se basa en la producción y la industria. Estados Unidos, China, Suiza, Japón, Canadá y la Unión Europea son los principales demandantes.

El Perú es una de las economías con mayor crecimiento en América Latina (7.6% en el 2006, 9% en el 2007, 9,84% en el 2008, 1% en 2009, 8.8% en 2010 y 6.8% en 2011), lo cual es complementado con solidez macroeconómica: bajas tasas de inflación, superávit fiscal y comercial, y fuertes reservas internacionales netas.

En julio de 2008, la agencia de riesgo crediticio Standard and Poor´s otorgó el “Grado de Inversión” al Perú. Previamente, esta recategorización fue otorgada por Fitch rating en abril del mismo año y por la Canadian Agency DBRS Dominion Bond Rating Service a fines del 2007.

El Perú ha suscrito diversos convenios bilaterales, incluyendo Tratados de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, Canadá, China, Singapur, Corea del Sur y México, y está actualmente negociando TLC’s con Japón, Tailandia y la Unión Europea. Asimismo, el Perú es miembro de la Asia Pacific Economic Cooperation (APEC) y de la Comunidad Andina de Naciones (CAN). El Perú ofrece mejores oportunidades económicas para los inversionistas de esos mercados.

Las oportunidades que ofrece el país lo han convertido en uno de los países de la región donde se observa mayor inversión en minería, con resultados destacados y presencia de empresas líderes de la minería mundial. En el 2011, Perú superó el record histórico de inversiones en el sector minero al superar los US$7.000 millones, especialmente en los rubros de exploración e infraestructura minera.

Las inversiones proyectadas para los próximos años tanto en exploración, explotación y ampliaciones mineras superan los US$53.000 millones. La cartera estimada de estos proyectos mineros destaca inversiones muy importantes en Cuzco, Cajamarca, Moquegua, Tacna, Ica, Lima, Arequipa, Junín, Piura, Ancash, Huancavelica y Lambayeque.

El Perú ha firmado 32 Acuerdos Internacionales de Inversión que apuntalan su política de liberalización, con países del Pacífico, Europa y América Latina. Con la mira en consolidar un clima de inversión estable y predecible, el Perú ha mejorado sus estándares en la negociación de Acuerdos Internacionales de Inversión. Del mismo modo, el Perú ha suscrito el acuerdo OPIC que facilita operaciones, dando cobertura a las inversiones de Estados Unidos llevadas a cabo en el Perú.

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Antamina es un complejo minero que produce concentrados de cobre, zinc y molibdeno y subproductos de plata y plomo.

Perú también es miembro de MIGA y un signatario de la Convención Constitutiva de la ICSID (International Centre for Settlement of Investment Disputes), así como de la New York Convention of the Recognition and Enforcement of Foreign Arbitral Awards.

Perú es el primer productor de plata a nivel mundial, segundo productor mundial de cobre. Asimismo, es el primer productor de oro, zinc, estaño, plomo y molibdeno en América Latina. La Cordillera de los Andes es la columna vertebral de Perú y la principal fuente de depósitos minerales del mundo.

El Perú tiene un importante potencial geológico. Es el tercer país en el mundo en reservas de oro, plata, cobre y zinc (US Geological Survey – USGS figures). El número y área de proyectos de prospección minera se incrementa cada año, es por ello que la Bolsa de Valores de Lima (BVL) ha creado un segmento de Riesgo de Capital o de Cartera de Proyectos donde cotizan alrededor de 12 mineras junior y 39 empresas de la gran minería peruana.

Además, los insumos y servicios que la industria minera necesita tienen amplia disponibilidad en el mercado local, haciendo del Perú un lugar privilegiado para la minería en América del Sur.

Perú también tiene un gran potencial en minerales no-metálicos también conocidos  como Minerales Industriales, tales como el mármol travertino, diatomita (primer productor de América del Sur), bentonita y boratos. En efecto, el Perú está entre los pocos países en el mundo en los que se pueden encontrar depósitos de estos minerales.

La subida imparable del Perú como mercado emergente de oro se confirma con los nuevos datos que se han dado a conocer. Con unas reservas de 2.762.000 kilogramos de oro, es el sexto país productor mundial de oro.

En los últimos diez años, las exportaciones del dorado metal precioso se han multiplicado en más de ocho y representan aproximadamente el 15% del PIB y un 12% del total de la formación bruta de capital de todo el sector minero peruano.

Las exportaciones se dirigen, principalmente, a Suiza (un 57%), Canadá (25%) y Estados Unidos (14%). Los principales importadores son las cámaras de custodia de los bancos creadores de mercado y Bancos Centrales, los cuales siguen atesorando oro.

Estos buenos datos de comercio exterior no han podido replicarse en el primer trimestre de este año. El descenso de las exportaciones ha sido de un 21% debido a la caída de los precios en la mayoría de los metales que el Perú exporta en un 87% del total: oro, cobre, plomo o estaño, entre otros. Las exportaciones a 30 de marzo pasado se han valorado en 5.673 millones de dólares, mientras que en el mismo período del año pasado fueron de 7.170 millones de dólares.

En el caso particular del oro, las exportaciones en el primer trimestre fueron de 2.072 millones de dólares, mientras que en el mismo período del año 2012 lo fueron de 2.887 millones de dólares. En este sentido, la caída es del 28,2% y en línea con la caída vivida en el resto del sector minero.

El Caso Antamina
La Región Ancash es una de las más ricas del Perú, debido a su diversidad geográfica (incluye mar, Costa y Sierra, con enormes montañas y glaciales), su patrimonio arqueológico y su riqueza mineral. La minería hoy es la principal actividad económica de la región, pues aporta el 26% del PBI regional y el 16% de la minería del país, lo cual ha convertido a Ancash en la tercera economía del Perú después de Lima y Arequipa, a pesar de tener menos del 4% de la población nacional (1.65 millones de habitantes). Desde fines de los años noventa, empresas transnacionales como BHP Billiton, Barrick y Xstrata han desarrollado grandes proyectos mineros en la región, y también operan una diversidad de pequeñas y medianas minas. Pero la empresa que más impacto ha tenido en Ancash, y también al nivel nacional, es la Compañía.

Compañía Minera Antamina S.A. (“Antamina” o cma) es una empresa incorporada en el Perú en 1996, y representa un joint venture entre cuatro empresas multinacionales: BHP Billiton (33.75%), Xstrata (33.75%), Teck (22.5%) y Mitsubishi (10%)1. Xstrata se incorporó en 2006. Antamina desarrolla un megaproyecto minero polimetálico de tajo abierto que produce concentrados de cobre y zinc, principalmente, y concentrados de plata, plomo, bismuto y molibdeno en menor escala. El proyecto se ubica en los Andes norcentrales del Perú, en el distrito de San Marcos, provincia de Huari, departamento de Ancash, a aproximadamente 200 kilómetros al sureste de Huaraz (capital departamental) y 430 kilómetros al noreste de Lima (capital nacional), en una altitud que oscila entre los 4200 y 4700 metros sobre el nivel del mar (grade 2000:31). El proyecto incluye la mina, una planta concentradora y un puerto propio, llamado Punta Lobitos, localizado en la provincia costera de Huarmey, además de un mineroducto que une la mina con el puerto para facilitar la exportación de los concentrados.

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La construcción de Toromocho dará trabajo a 5,000 personas y que cuando entre en operación, generará canon minero para el desarrollo de la región Junín por US$ 3,800 millones durante sus 32 años de actividad.

Antamina es considerada dentro y fuera del país como un caso emblemático de buenas prácticas en las industrias extractivas. La compañía es reconocida por la escala y el impacto de sus inversiones sociales voluntarias, y por ser participante activa en el Extractive Industries Transparency Initiative (eiti) y otros foros orientados a promover una “Nueva Minería” que cumple altos estándares de manejo ambiental y social. Para la elaboración de este informe, en julio 2012 se realizó una visita de campo a la mina y su zona de influencia, y entrevistas con funcionarios y expertos en la ciudad de Lima.

La mina, de tajo abierto, está diseñada en bancos o andenes. Tiene 3.4 km. de largo, 2 km. de ancho y 700 metros de profundidad. La operación mueve 400,000 toneladas diarias.  

En términos generales, de 3 kilogramos removidos, uno tiene mineral, y de ese kilogramo se aprovecha entre el 1% y 4%. Esto supone que entre 100,000 y 138,000 toneladas diarias de mina van a la planta concentradora, con ley de 1% a 4%. Esto arroja entre 4,000 y 6,000 toneladas diarias de concentrados, que tardan aproximadamente 45 horas para llegar a Huarmey.

Cada pala mueve entre 80 y 120 toneladas por movida, y cada uno de los molinos mueve 3.500 toneladas por hora. Por cada kilo se utiliza un litro de agua. Aproximadamente 99% de los kilos removidos son relave, y el 99% de agua regresa a la presa, mientras que el 1% va por el mineroducto. La operación funciona con electricidad comprada a la Empresa de Generación Eléctrica de Lima S.A. (edegel), con un gasto aproximado de un millón de dólares al mes en electricidad. El consumo es tal que los funcionarios afirman que tan solo las dos palas que remueven material podrían consumir más electricidad que la ciudad de Huaraz, o cuando para un molino de la planta concentradora y deben reiniciarlo, deben coordinar con edegel las cuestiones técnicas para que no paralice el sistema eléctrico en grandes ciudades de la costa.

La presa de relaves es una laguna artificial impermeable con 280 metros de alto y 500 metros de largo, que se alimenta de las quebradas y escorrentías de la zona, que a su vez originan el río Ayash (tributario del Pushka, luego Mosna, Marañón, Amazonas).

El Interés Chino en Toromocho
El Proyecto Minero Toromocho se ubica a 4,500 m.s.n.m. y a 142 km al este de Lima, en el distrito de Morococha, provincia de Yauli, departamento de Junín. El distrito de Yauli también es parte de la zona de influencia. Su único inversionista es la empresa Minera Chinalco Perú S.A., cuyas acciones pertenecen a la Aluminum Corporation of China (chinalco). Es un proyecto aún en construcción, y el monto de inversión proyectada es más de US$2,000 millones. El tipo de operación será de minería polimetálica: cobre, molibdeno, plomo, zinc y plata.2 El mineral está ubicado en la montaña denominada Toromocho, o “toro sin cuernos,” porque tiene la forma de ese animal, que será transformada para crear la enorme mina de tajo abierto que deberá producir 210,000 toneladas de mineral al 3er año.

Aunque es un proyecto incipiente, Toromocho es interesante por varias razones.

En primer lugar, representa una importante parte de la nueva cartera de inversiones mineras proyectadas por el Gobierno peruano en los próximos años4. El cobre representa el 69% de toda la nueva inversión minera en el Perú, con proyectos por más de US$35,489 millones, y el cobre que produce Toromocho tendrá un peso importante dentro de ellos.

En segundo lugar, Toromocho es la más importante inversión minera china en el Perú hoy, y una de las más importantes inversiones mineras chinas en el mundo. Se estima que tiene reservas de 12 millones de toneladas, monto equivalente al 19% de la reserva cuprífera doméstica de China. 5 China es el principal inversionista en el sector minero del Perú, y hay bastante interés en el país (y el resto del mundo) por conocer las prácticas laborales, sociales y ambientales que tendrán las empresas chinas que operan en esta región. Como respuesta, el gobierno chino y la empresa desean demostrar en este caso que cumplen los mejores estándares internacionales.

El tercer factor que hace especial este caso es que el proyecto implica el traslado de los aproximadamente 5,000 residentes del pueblo de Morococha—donde se va a construir la mina—y su reubicación en una nueva ciudad construida por la empresa.

Un cuarto aspecto importante de este proyecto es el nivel de inversión proyectada por Chinalco en la zona de operaciones para remediar pasivos ambientales dejados por otras empresas mineras, asegurar el abastecimiento de agua para la mina y para el pueblo, y elevar la calidad de vida de las personas en su zona de influencia. Asimismo, planea inversiones en el mejoramiento de la infraestructura de transportes que utilizará la empresa y también la comunidad. Nuevamente, el objetivo de Chinalco—empresa asociada a las más altas esferas de poder político en China—es un ejemplo para el mundo de minería responsable.

El caso de Toromocho tiene gran importancia macroeconómica y geopolítica, para el Perú y para China. También tiene gran importancia para los más de 5,000 ciudadanos residentes de Morococha, quienes ven con anticipación pero también ansiedad que su montaña y pueblo están a punto de ser reemplazados por una gran mina de cobre de tajo abierto. Para Chinalco, esta iniciativa—incluyendo la mina, la planta de tratamiento de aguas, y la moderna “Nueva Morococha”—deben demostrar al mundo el alto nivel de responsabilidad ambiental y social de una transnacional de origen chino.

Perú se ha convertido en una plaza atractiva para inversionistas de todo el mundo. Hoy se requiere un Estado que pueda negociar mayores aportes de parte de estos actores, establecer un marco de regulación ambiental más adecuado y regular efectivamente los impactos generados. También se requiere un Estado que pueda comunicarse con su población y buscar consensos y consentimiento previo a la puesta en concesión de un proyecto extractivo; que entienda que su rol es garantizar los derechos de los ciudadanos y no solo de las empresas, y que pueda redistribuir adecuadamente los recursos generados por estas actividades para cerrar las brechas sociales y crear la infraestructura del futuro.

La minería hoy es el primer sector exportador del país. Según cálculos de Macroconsult  para la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE), en los últimos 10 años el valor de las exportaciones mineras metálicas ha crecido nueve veces, llegando a US$27.361 millones en 2011, lo cual representó el 59% de total de exportaciones (SNMPE y Macroconsult 2012). Según la misma fuente, entre 2000 y 2005 los volúmenes de minerales exportados crecieron en un promedio de 12% anuales, aunque desde esta fecha la expansión de valor se debe principalmente al aumento de precios internacionales, pues los volúmenes exportados no han vuelto a crecer tan significativamente.

El futuro minero se vislumbra promisorio para el Perú. Sus autoridades, comunidades, inversionistas locales y extranjeros, y la comunidad en general están empeñados en lograr un desarrollo sustentable, a paso estable y seguro.